El año pasado House fue la serie que «descubrí» después de varios años de emisión y se convirtió en una de mis grandes favoritas. Este año, le tocó a Dexter. La verdad es que solo la conocía de nombre, y justamente fue esa la principal razón por la que nunca le presté demasiada atención: relacionaba el nombre «Dexter» con el personaje de «Dexter’s Lab», aquel dibujo animado de Cartoon Network. Ojo, a mí ese Dexter me encantaba cuando era chica pero, por más estúpido que suene, con el dibujo en mente no me podía imaginar que esta serie no tenía absolutamente nada que ver!
Cuando finalmente averigüé de qué iba la historia (basada en la novela «Darkly Dreaming Dexter» de Jeff Lindsay), me llamó la atención, pero tampoco pensé que fuera a ser tan diferente de otras series de forenses. Error otra vez, porque Dexter no es «otra serie más». Como sucede con House, su protagonista, Dexter Morgan (Michael C. Hall, «Six Feet Under»), es todo, y en torno a él giran los demás personajes e historias, lo cual no quita que muchos de ellos sean queribles e interesantes. Dex es un asesino serial que, desde el primer episodio, plantea una gran cuestión que es debatida actualmente en todas partes del mundo: ¿está bien matar a quienes cometen crímenes de extrema gravedad y matan injustamente a otros? Dexter tiene la respuesta a esa pregunta, directa y sencilla: sí. Y allí es donde empieza lo complejo e interesante del personaje: ¿por qué ese impulso por matar? ¿Por qué parece ser tan inhumano, sin sentimientos, sin nada que llene su vida más que matar a quienes, según él, lo merecen? ¿Por qué Dexter es como es? Ni siquiera él conoce la respuesta aún. Solo sabe lo mismo que uno como espectador: el policía Harry Morgan lo encontró en la escena de un crimen cuando tenía tres años, decidió adoptarlo, y le enseñó durante toda su adolescencia a controlar los impulsos asesinos que, aparentemente, Dexter mostraba: matando, meticulosa y organizadamente, a la gente que «lo merecía». Pero por más horroroso que suene todo, Dexter no es un demonio ni un tipo odiable, sino lo contrario: lo quieren todos en el Departamento de Policía de Miami (sí, es un asesino serial que trabaja como forense especialista en sangre para la misma policía!) y lo consideran casi el tipo más inofensivo del mundo. Su hermana, Debra (Jennifer Carpenter), también policía, lo adora y no sospecha nada de su otra faceta, como así tampoco su novia, Rita (Julie Benz), quien carga con un pasado oscuro de un marido golpeador y drogadicto sobre sus espaldas , ni sus dos hijos, que adoran a Dexter como si fuera su propio padre.
Discutible ideológicamente o no, lo cierto es que a los pocos capítulos Dexter me terminó ganando. Por falta de tiempo vi los dos primeros allá por marzo y después la abandoné hasta hará cosa de un mes, cuando agarré viaje definitivamente ya a partir del tercer o cuarto capítulo. Al ser tan complejo el personaje de Dexter, y por el hecho del constante uso de flashbacks que nos remiten a su infancia y adolescencia cuando su padre lo entrenaba, se vuelve interesante. MUY interesante. Dan ganas no solo de descubrir el misterio detrás de su tan particular personalidad, sino también de saber cómo es su día a día, ya que lleva una vida fingida: no solo fue entrenado para matar sino también para comportarse como una persona «normal», porque no tiene sentimientos ni entiende demasiado a quienes los tienen. Es como un vulcano extraño (porque mata :P), que se rige por la lógica de su trabajo como científico y piensa que no tiene emociones, o al menos eso es lo que él cree, porque con el correr de los episodios se ve una evolución progresiva en la personalidad del personaje por medio de disintos hechos que lo llevan a descubrirse a sí mismo. (nota aparte: sí, acabo de relacionar Star Trek con Dexter, no pregunten… xD)
Otra cosa que me encanta de esta serie es la diversidad cultural que tiene porque, al transcurrir en Miami, hay un acercamiento muy grande a los inmigrantes latinos. Hasta los mismos policías son centroamericanos o hijos de inmigrantes y, contrario a lo que uno podría ver en otras series o películas, no hay discriminación por esto. Las palabras en español y los distintos acentos se mezclan con una facilidad impresionante y eso le da muchísima más variedad a la serie, que demás está decir, debe ser vista en idioma original para poder disfrutar de todas estas características que la hacen tan especial. Otro punto a favor para el desarrollo de los personajes es que no hay un policía Superman capaz de solucionar todo (y no, Dexter tampoco cuenta como súperhéroe, jeje) pero varios de ellos son muy queribles, como ser el caso de Ángel (amigo de Dexter y una especie de Sérpico), y Debra, hermana de Dexter y un personaje bastante particular por la forma tan directa y hasta grosera en que habla… no hay escena en que aparezca Deb y no suelte un «fuck», eso seguro. :P
Más aspectos positivos de la serie (es que de verdad me cuesta encontrarle los negativos!): la fotografía y la música. Esto me sorprendió mucho también cuando empecé a verla, pero tiene una producción muy cuidada y los paisajes de Miami acompañan a la perfección. La música, por otro lado, me encanta y me parece muy adecuada para cada situación, y al principio hasta llegué a pensar que era de Santaolalla por la onda medio folk de un par de canciones, pero en realidad el responsable del soundtrack se llama Daniel Litch. Ah, y antes de que lo olvide: hasta la introducción de la serie destaca por ser tan macabra y morbosa como genial.
La idea original era escribir este post mucho antes, pero no pude y aesta altura ya voy por el cuarto capítulo de la tercera temporada, así que a continuación van algunos comentarios sobre las dos primeras temporadas:
(INICIO SPOILERS)
La primera temporada sirve como carta de presentación de todos los personajes, y de Dexter principalmente. Tanto él como su hermana idolatran demasiado a su padre ya fallecido: ella queriendo ser una gran policía igual que él, y Dexter haciendo lo que él le enseñó. Sin embargo, con el correr de los capítulos Dex empieza a darse cuenta de que no todo era blanco y negro como siempre había pensado, y que quizás Harry no había sido siempre honesto con él. Los descubrimientos que hace respecto de su padrastro coinciden con los recuerdos que empiezan a aflorar luego de treinta años acerca de su infancia y de su familia biológica, y todo esto lleva a un final de temporada realmente tremendo en el cual descubre que tiene un hermano asesino igual que él y se ve obligado a tomar una de las decisiones más grandes de su vida. Además, la escena final del último capítulo es impagable, con Dexter imaginando cómo sería su vida si fuera reconocido por lo que mejor sabe hacer. Genial temporada.
La segunda temporada es aún más interesante y presenta muchos problemas para Dexter: el primero y principal, es que la policía descubre toooodos los cadáveres de las víctimas de Dex y él está bajo constante presión y miedo a que lo descubran. Por otro lado, el Sargento Doakes lo persigue a todo lugar al que va para descubrir por qué es tan raro como él cree que es (a diferencia de los demás, Doakes nunca lo quiso y siempre sospechó de él). Como si esto no fuera poco, aparece otro inconveniente para Dex: la suegra. La madre de Rita es manipuladora, insoportable y, para colmo, intuitiva: detecta enseguida que hay algo raro en Dexter y hasta su hija empieza a sospechar de su propio novio que, para salir del paso, termina confesando ser… ¡un adicto a las drogas! Para continuar con el «efecto bola de nieve», esta mentira lleva al problemón de toda la temporada: Lila (Jaime Murray, que actuó en la serie británica «Hustle»), una inglesa ex drogadicta y muy loca que termina siendo no solo la consejera de Dexter para superar su «adicción», sino también su obsesión. Por culpa de Lila, Dexter llega a perder a Rita y a los chicos y hasta a meter a sus amigos en problemas, hasta que finalmente abre los ojos y se da cuenta de sus errores, pero ya es tarde para todo y la locura está desencadenada: Doakes termina descubriendo que Dexter es el gran asesino gran y Lila termina dándole el toque final a toda la situación. ¡Y qué toque! Otro final de temporada espectacular, sin lugar a dudas.
(FIN SPOILERS)
Bueno, el post este ya quedó bastaaaante largo, así que mejor lo termino acá (además aún no puedo decir mucho de la tercera temporada), pero es que son muchas las cosas que se pueden decir de esta enorme serie, y para colmo todas ellas me parecen positivas. Sin lugar a dudas, «Dexter» no es solo una serie más que recomendable, es casi obligatoria. ;)
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